jueves, 17 de diciembre de 2009

Salta


Y vestía su sonrisa preferida, una noche divertida, hacía bromas hasta hacerle llorar de la risa;
tenía ese "algo", esa inexplicable atracción que la imantaba hacia su sonrisa, hacia su hoyo en la barbilla; pensándolo bien, él era en sí mismo un conjunto de atracciones, sus camisas de cuadros, sus converse desgastadas, sus vaqueros rotos, y ese estilo desaliñado que tanto le gustaba. En cuanto a su mente, un completo enigma, no sólo para ella, sino para todos los que lo rodeaban. aún más. Cada vez más loco y menos cuerdo, más carcajadas y menos penas, más pasión y menos frío, más cercano y menos distante. Y de repente PLOF! Un desencanto demasiado grande y unas consecuencias inesperadas.

Ahora él es diferente, ahora va con chicas capaces de escucharse un disco de ACDC enterito y no contentas con eso lo largan a los cuatro vientos (TODA UNA HAZAÑA), que utilizan el fotoshop para publicar sus fotos en bikini en tuenti; si contamos las cosas en las que cree, nos sobran los 4 dedos de una mano, él cree en sí mismo y en nada más. Con el sabor en la boca a demasiadas borracheras, y siempre con el vicio entre los dedos. Ella lo entiende, y lo peor esque las ganas de jugar suben a medida que va perdiendo.