viernes, 13 de noviembre de 2009

Me encanta que haga frío


Rara esa sensación de ver un rostro que apenas reconces;
lo ves como si fuera una caricatura,
un borrador de otro rostro al que llevabas mucho tiempo acostumbrado.
No es la primera vez que pronuncio tu nombre y me suena ya a lejano, al nombre de cualquier otra persona, de otro.
Pienso que esa mirada ya NO es la mía, no es la que guardo para mí y que nadie nunca reclamará; esa mía y sólo mía.
¿Dónde está el corazón inundado de ideales, las manos que no son garras sino procuradoras de caricias?Por esos ojos ahora circulan deseos que no entiendo,que ni siquiera soy capaz de ver.
¿Dónde quedó el que amó sin tregua?



¿Qué eres?